miércoles, 9 de diciembre de 2009

Cuentos y Cuentas

Por: Choh Kahnthe

 

 

Nunca sabes lo que un niño va a  decir.   Es sorprendente.
 
 Al autor y orador Leo Buscaglia, se le solicitó que fuera  parte del jurado de un concurso.  El propósito del concurso era,  encontrar al niño más cariñoso. El ganador fue un niño  de 4 años cuyo vecino era un anciano, a quien recientemente  se le había muerto la esposa. El niño, al ver al hombre   sentado en una banca del patio y llorando, se metió  al patio del anciano, se subió a su regazo y se sentó.

 

Cuando su mamá le preguntó que le había dicho al vecino,  el pequeño niño le contestó:

 

-- * 'Nada, sólo le ayudé a llorar'.




 Debbie Moons, maestra de primer grado, estaba discutiendo  con su grupo la pintura de una familia. En la pintura había un niño que tenía el  cabello de diferente color al resto de los miembros de la  familia. Uno de los niños del grupo sugirió que el niño  de la pintura era adoptado y una niña compañera de él le  dijo:

 

 'Yo sé todo acerca de las adopciones, porque yo soy  adoptada'.

 

* '¿Qué significa ser adoptada?'


 Preguntó el niño y la niña le contestó: *

 

'Significa que uno no crece en el vientre de su mamá  sino que crece en su corazón'.




Una niña de 4 años estaba con su pediatra; mientras el  doctor le  revisaba los oídos con el otoscopio, le  pregunta:

 

 - '¿Crees que adentro me encontraré al  Pájaro Abelardo?'.... La niña permaneció en silencio.

 
Enseguida el doctor tomó el  abatelenguas y mientras  revisaba su garganta le preguntó: - '¿Crees que ahí  dentro me  encontraré al monstruo galletero?'...

 

Y  de nuevo la niña no contestó nada.

 

 El doctor puso el estetoscopio en el pecho de la niña y  mientras  escuchaba su corazón le preguntó:

 

 - '¿Crees que escucharé a Barney ahí adentro?'

 

--  'Oh, no'- contestó la niña, 'Barney está  pintado en mis zapatos, en mi corazón está  Dios'.




 

 Una vez que conducía mi automóvil desde mi trabajo hacia  mi casa, me detuve para ver un juego de béisbol de las  pequeñas ligas, que se estaba jugando en un parque cercano  a mi casa.

 Cuando me estaba sentando en la banca de la línea de la  primera base, le pregunté a uno de los niños cual era el  marcador:

-- 'Estamos abajo 14 a 0',  me contestó con  una sonrisa.

 

-- '¿En serio?- le pregunté; - tengo que  admitir que no pareces estar muy desanimado'. *

 

-- '¿Desanimado?'. dijo el niño con una cara de  confusión,  -'¿Por qué debo estar desanimado?  Aún no hemos tenido turno al bate.'



 

 Siempre que estoy decepcionado de mi vida, me detengo a  pensar en el pequeño Jaime Scout.

 

 Jaime estaba intentando conseguir una parte en una obra de  la escuela. Su mamá me dijo que había puesto su corazón  en ello pero aún así temía que no fuera elegido.  El  día que fueron repartidas las partes de la obra, yo estuve  en la escuela. Jaime salió corriendo con los ojos brillantes de orgullo y una gran emoción. *
 

-- 'Adivina qué mamá', y me dijo gritando las  palabras que permanecerán como una lección para mi, -- 'He sido elegido para aplaudir y animar'.




 Una lección para el corazón es mi hija Sara de 10 años,  quien nació sin un músculo de uno de sus pies, por lo que  usa un aparato, todo el tiempo, que le permite caminar.

 

Un  hermoso día de primavera llegó de la escuela y me dijo que  había competido en las carreras de los eventos deportivos  de la escuela. Debido al soporte de su pierna, empecé  rápidamente a pensar en algo  que decirle para darle valor y animar a mi Sara,  acerca de que no dejara que esto la desanimara, pero antes  de que yo pudiera decir algo ella dijo:

 

 -'Papi, gané dos de las carreras ..'

 

Yo no podía  creerlo. Después dijo:

 

-- 'Tuve ventaja'. ...

 

Ah, ya lo sabía, pensé que la  dejaron correr antes que a los demás. Pero una vez más,  antes de que yo pudiera decir una palabra, ella dijo: *

 

--  'Papi no me dejaron correr antes que a los demás. Mi  ventaja fue tener que trotar más fuerte que los  demás'.

 



 

 En Nueva York un niño de 10 años estaba parado, descalzo,  frente a una tienda de zapatos apuntando a través de la  ventana y temblando de frío.

 

 Una señora se acercó al niño y le dijo:

 

-- 'Mi pequeño  amigo ¿qué estás mirando con  tanto interés en esa  ventana?'.

 

La respuesta fue: - 'Le estaba pidiendo a  Dios que me diera un par de zapatos'.

 

La señora lo  tomó de la mano y lo llevó adentro de la tienda, le pidió  al empleado que le diera media docena de pares de calcetines  para el niño.   Preguntó si podría prestarle una palangana con agua y una  toalla.

 

El Empleado rápidamente le trajo lo que pidió. La  señora se llevó al niño  a la parte trasera de la tienda, se quitó los guantes, le lavó los pies al niño y  se los secó con la toalla. Para entonces el empleado llegó  con los  calcetines, la señora le puso un par de ellos al niño y  le compró un par de zapatos. Juntó el resto de los  calcetines y se los dio al niño. Ella acarició al niño
 en la cabeza y le dijo: -

 

-- '¡No hay duda pequeño amigo que te sientes más  cómodo ahora!  

 

Mientras ella daba la vuelta para marcharse,  el niño la alcanzó, la tomó de la mano y mirándola con  lágrimas en los ojos le preguntó: - '¿Es usted la  esposa  de Dios?'

 



 

Si hacemos llegar este mensaje a la gente que conocemos,  contribuiremos a hacer de este mundo un mejor lugar para  vivir y recuerda decir: 'Gracias.'    Gracias por la oportunidad que tengo de compartirlo contigo  y sobre todo por tener amigos tan especiales.
 
 'Quien no comprende una  mirada, tampoco comprenderá una larga explicación'...



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«El respeto a la ley enaltece nuestro espíritu»

G. B. Quever
Insurgentes Sur 949
03810  México, D.F.

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