domingo, 13 de enero de 2008

Romance en las alturas

Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

Para variar los medios se regodearon de la noticia de que el alcalde de Los Angeles tenía un romance. Y dicen, machacan, distorsionan, y no les importa si afecta seriamente a la persona misma o a un relativo; no, no les importa, lo que importan son ellos y ay de aquel que pretenda pararlos porque lo destruyen igual. La omnipotencia de los medios, actualmente primer poder en donde sea.

La información sobre la relación romántica entre el alcalde Antonio Villaraigosa y la periodista de Telemundo Mirthala Salinas sustituyó a la saga de Paris Hilton como nota "caliente" del momento en los medios de comunicación de Los Ángeles y más allá.

Aunque la calificaron de historia legítima, debido al alto perfil de las dos personas involucradas, varios expertos en medios consultados vieron en la intensidad de la cobertura características similares con la historia de Hilton.

Por ejemplo: el culto a la celebridad, el atractivo de una historia que involucra el sexo y la transgresión y la competencia de los medios serios, en particular los periódicos en inglés, que están perdiendo rápidamente lectores, con medios alternativos en Internet.

"Los periódicos están compitiendo con Internet, con los blogs, la televisión y la radio y la gente quiere tener lo último. Se puede llegar a un nivel peligroso en el que se habla demasiado de los detalles personales", señalo Frank Sotomayor, quien trabajó 35 años en el LA Times y ahora es senior fellow del Instituto de Justicia y Periodismo de USC.

En CNN titularon la historia "un escándalo sexual", aunque no le dieron demasiado tiempo al aire. Sin embargo, el periódico Los Angeles Times puso una foto de la pareja a cuatro columnas como su imagen principal del 4 de julio, al mismo nivel que un titular que hablaba sobre Irak y la presencia de mayor número de contratistas que de tropas. La historia de primera página del Times pasaba adentro del periódico, con más fotos de la pareja, tomadas en el curso de encuentros profesionales —no personales— y una historia de casi una página completa en la cual se entraba en detalles, por boca de una vecina, sobre las visitas del alcalde al condominio de la periodista, botella de vino en mano.

"Creo que es legítimamente una noticia. Pero la pregunta es ¿hasta que punto hay que cubrir y cuando el asunto se vuelve obsesivo y mero chisme? Creo que la historia que sacó el Daily News el miércoles 27 de junio fue legítima y el alcalde tuvo la oportunidad de contestar. El Los Angeles Times, que salió al día siguiente, pareció exagerar un poco con la prominencia que le dio en primera página y con muchas fotos", opinó Frank Sotomayor.

Otros reportes periodísticos llegaron a hacer juicios más amplios en base a la noticia.
El semanario Los Angeles Weekly aprovechó para cuestionar la integridad de todos los medios en español, alegando que todos dan publicidad gratis al alcalde, porque Telemundo sacó un par de anuncios de servicio público protagonizados por Villaraigosa.

Vea este análisis completo en la página de Internet www.laopinion.com.

Univisión tiene un segmento semanal con el alcalde (al que identifico erróneamente de A su lado, que es otra cosa) y porque La Opinión publica una columna con cartas de los lectores preguntándole "cosas fáciles" al alcalde.

La nota se tituló: El affaire del alcalde con los medios, aunque sólo habló de los medios en español.

Aunque desde hacía semanas se rumoraba en los pasillos políticos la existencia de la relación entre el alcalde y Salinas, La Opinión decidió no dedicar a un reportero en exclusiva a perseguir la historia. A juicio de su editor, Pedro Rojas, la historia no era lo suficientemente relevante para los lectores.

"Aquí no hay ningún tema que tenga que ver con su desempeño como alcalde. Es un asunto personal, lamentable, pero personal", dijo Rojas. "Si hubiera sido sorprendido en un acto inmoral en su oficina pública sería otra cosa".

Pero es la propia naturaleza de la política estadounidense la que convierte en relevantes políticamente los problemas privados de los políticos. En Estados Unidos, a diferencia de otros países del mundo, los políticos en campaña presentan a su familia como parte de los méritos que los califican para gobernar. Por eso, su cualidad como hombres de familia y esposos fieles forma parte de su imagen, y cuando esta se derrumba, hay noticia.

"Todo lo que ocurre es legítimo reflejarlo, sobretodo porque los políticos estadounidenses se enfocan mucho en estos valores familiares, y tal vez deberían enfocarse más en su récord de eficiencia, de servicio público, que es su actividad principal", señaló Jesús Hernández Cuéllar, periodista, editor de la revista Contacto en Los Ángeles y ex profesor de periodismo en UCLA Extensión. "El uso de la familia en las campañas es uno de los disparates de la política norteamericana, porque si en un país está claro que a un político debe juzgársele por el bienestar que crea para su electorado, es [en] éste".

Villaraigosa es particularmente vulnerable porque, como señaló el titular de un periódico australiano "el alcalde estrella de Los Ángeles tiene un affaire". Y es que él es una celebridad, que al ganar la elección apareció en la portada de Newsweek, no por ser alcalde de Los Ángeles, sino por ser el primer latino en alcanzarlo.

"Su rol es mayor que su título. El es un modelo para la comunidad en general y para nuestra comunidad en particular", señaló el profesor de periodismo Félix Gutiérrez. "Él mismo presentó a su familia como parte de la campaña y ahora tiene que pagar las consecuencias".

Muchos políticos estadounidenses han estado en la situación en que ahora está Villaraigosa y lo han pagado en mayor o menor medida: Bill Clinton, quien tuvo uno —o más— affaires mientras era presidente; Gary Hart, quien perdió la oportunidad de nominarse a candidato presidencial tras la publicación de una foto con su amante sobre las rodillas y el propio ícono conservador Newt Gingrich, quien mientras criticaba a Clinton por su affaire, estaba teniendo uno él mismo con su secretaria. Entre muchos otros.

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