-- "Por Favor Déjeme en paz!!, gruñó el Indigente... Para su sorpresa, la mujer siguió enfrente de el. Ella sonreía, sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes.
--"No", contestó sarcásticamente. "Acabo de llegar de cenar con el presidente... Ahora vete."
--"¿Qué hace usted, señora?", preguntó el hombre enojado. "Le digo que me deje en paz"!!
--"¿Hay algún problema, señora?" -le preguntó el oficial... --"No hay problema aquí oficial", contestó la mujer .. "Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie... ¿Me ayudaría?" El oficial se rascó la cabeza. --"Si, el Viejo Juan, Ha sido un estorbo por aquí por los últimos años. ¿Qué quiere usted con él?", pregunto el oficial... --"Ve la cafetería de allí?" -preguntó ella. "Yo voy a darle algo de comer y sacarlo del frío por un ratito." --"¿Está loca, señora?" El pobre desamparado se resistió. --"Yo no quiero ir ahí!" Entonces sintió dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron. --"Déjame ir oficial, Yo no hice nada .."
Finalmente, y con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al Viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa en un Rincón de la cafetería. Era casi mediodía, la mayoría de la gente ya había almorzado y el grupo para la comida aún no había llegado... El gerente de la cafetería se acercó y les pregunto. --"¿Qué está pasando aquí, oficial? ¿Qué es todo esto? Y este hombre, ¿está en problemas?" --"Esta señora lo trajo aquí para que coma algo," respondió el policía.
--"Señora, se lo dije. ¿Ahora, si van a dejarme ir ?. Yo no quería venir aquí desde un principio." La mujer se dirigió al gerente de la cafetería y sonrió .. --"Señor, ¿está usted familiarizado con Hernández y Asociados, la firma bancaria que esta a dos calles?" --"Por supuesto que los conozco", respondió el administrador con impaciencia. "Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de banquetes."
--"¿Y eso que le importa a usted?
--"Oh perdón!!, dijo el gerente ...
--"Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato." Le dijo al policía, que fuertemente trataba de contener una carcajada. --"¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o tal vez una comida, oficial?", preguntó la señora al oficial. --"No, gracias, señora", replicó el oficial. "Estoy en servicio". --"Entonces, quizá, una taza de café para llevar ?" --"Sí, señora. Eso estaría mejor". El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden. --"Voy a traer el café para usted de inmediato señor oficial " --"Ciertamente lo ha puesto en su lugar", --"Esa no fue mi intención" dijo la señora... "Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto".
El viejo Juan miró su rostro, el rostro de ella, con los ojos lagañosos y contestó: --"Creo que sí - Digo , se me hace familiar".
Algunas lágrimas posaron sobre sus mejillas ..
--"Yo acababa de graduarme de la Universidad en mi pueblo", la mujer comentó. "Yo había llegado a la ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada. Con la voz quebrantada la mujer continuaba: Pero cuando me quedaban mis últimos centavos y me habían corrido de mi apartamento. Caminaba por las calles, era en febrero y hacía frío, casi muerta de hambre vi este lugar y entre con una poca posibilidad de que podría conseguir algo de comer." Con lágrimas en sus ojos la mujer siguió platicando... "Juan me recibió con una sonrisa". --"Ahora me acuerdo", dijo Juan. "Yo estaba detrás del mostrador de servicio. Se acercó y me preguntó si podría trabajar por algo de comer". --" Me dijiste que estaba en contra de la política de la empresa". Continuó la mujer.. "Entonces, tu me hiciste el sándwich de carne mas grande que había visto nunca... me diste una taza de café, y me fui a un rincón a disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te metieras en problemas. Luego, cuando miré y te vi a poner el precio de la comida en la caja registradora, supe entonces que todo iba a estar bien".
Ella sonrió y agregó: --"Creo que incluso podría darte un adelanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti Juan."
--"¿Cómo voy a agradecer? , preguntó. --"No me des las gracias", respondió la mujer. "A Dios dale la gloria. El me trajo a ti."
--"Gracias por toda su ayuda, oficial." Dijo La Sra. Hernández." --"Al contrario, dijo el oficial,", "Gracias, vi un milagro hoy, algo que nunca voy a olvidar. Y... Y gracias por el café. ".....
Y recuerda ser una bendición para otros Dios ha visto tus luchas, y dice que están llegando a su fin, una bendición está viniendo en tu dirección. Con mis mejores deseos y el Amor de DIOS.
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lunes, 27 de septiembre de 2010
Uno Cosechará lo que siembra...
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