domingo, 26 de julio de 2009

¿Hasta cuándo?


Por: Enrique Galván-Duque Tamborrel

A principios de diciembre pasado me enteré que un amigo, que apenas tenía pocos meses de haberse jubilado, fue víctima de la delincuencia –lo balearon– el día 2 de octubre del año pasado. A fines de diciembre me enteré que falleció. Las heridas provocadas en el asalto le cortaron la vida y empezó la agonía de su familia.
¿Hasta cuándo tendremos que seguir siendo víctimas de la delincuencia? ¿Hasta cuándo nuestras autoridades van a poner un “hasta aquí”? ¿Hasta cuándo van a desquitar con dignidad y compromiso el sueldo que cobran gracias a los exorbitantes impuestos –visto en relación con lo que se recibe– a que somos sujetos los ciudadanos? ¿Hasta cuándo vamos a poder vivir tranquilos?
Nuestros gobernantes dirán lo que quieran, pero no pueden negar que dada su codicia y ambición de poder, han convertido a este nuestro querido México en un lugar lleno de miedo. Ya basta.
Aquí hago una pregunta que tengo en la punta de la lengua desde hace tiempo: ¿Por qué los eximios seudo periodistas, con esa mente de preclara sapiencia e inteligencia, no se promueven para encabezar el gobierno de nuestro país? Los señores se la saben de todas, todas, y no hay funcionario, por importante que sea su rango, que valga y se las pueda mejor que ellos. Basta oír o leer sus análisis sobre cualquier situación o problema para palpar sus alcances, según ellos.
Como ejemplo a lo que asevero, hace unos días leí un artículo del periodista Rafael Loret de Mola, del que dicen, y así lo presume, es uno des los más destacados en la actualidad, Pues bien, haciendo una crítica sobre la actuación del gobierno federal, analiza a todos y cada uno de los miembros del gabinete presidencial, empezando obviamente por la cabeza¨ Felipe Calderón. No deja títere con cabeza, a todos los acusa de ineptitud e incompetencia.
A los hermanos Bribiesca, hijos de Marta Sahagún, los agarró la prensa de puerquitos preferidos durante algún tiempo –mientras pudieron sacarle provecho ($)--, le inventaron no sé cuantas cosas. Finalmente consiguieron, con su diario machacar y a que los rabanitos no necesitan mucho para alebrestarse, que se creara una comisión camaral especial para investigarlos. Esta comisión revolvió mar y tierra sin encontrarles nada de lo que los acusaban, y así lo reportaron en su informe. ¡Ah!, pero entonces la prensa calló, ni siquiera tuvo la misma atingencia para dar la noticia absolutoria, que la de demostró cuando inventaban infinidad de mentiras para acusarlos.
Así es el brillante periodismo mexicano. Claro que no son todos, como en cualquier área hay excepciones, pero no dejan de ser eso: excepciones.
¿Por qué los periodistas no tratan con la misma medida a los delincuentes organizados? Es claro, ahí tiene que andar con mucho cuidado, el miedo no anda en burro. Y está bien, es comprensible, pero entonces que no se ceben en contra de quien no les significa riesgo similar. En este renglón, con los que se ceban es contra los funcionarios a quienes les toca combatir la delincuencia. Los acusan, juzgan y condenan, y en descuido hasta los ejecutan.




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