sábado, 15 de diciembre de 2007

De Bagdad a las Águilas

Por: Al K. Heda

Hace como cinco años, a raíz de que los estadounidenses le ganaron la guerra a los iraquíes, un allegado le informó a Pérez Teuffer (Presidente del Club Águilas del América), que en Irak había un jugador de fútbol excelente, que convierte tres goles por partido.

Tanto le insistió que, a pesar de la guerra, Pérez Teuffer viajó a Bagdad y vio que, efectivamente, Alí Yussuf hacía tres goles en cada partido. Después de rápidas negociaciones, y por un precio muy bajo, contrato a Yussuf y este se vino a México. Luego de una semana de estar concentrado con el primer equipo, debutó en la primera de las Águilas, en un juego contra los Tigres de Nuevo León, en el mismísimo estadio universitario de Monterrey.

Resultado fue que en el mismo debut se convirtió en ídolo de la hinchada americanista, conquistando tres goles espectaculares.

Preocupado por su familia, y para contarles lo bien que le había ido en el partido que acababa de jugar, Yussuf llamó a su familia desde la misma concentración y su esposa Nadim, que atendió el teléfono, le dice:
--"Por aquí todo mal. Ayer mataron al abuelo, una banda armada quiso entrar a casa anoche. Hace dos días quisieron violar a la nena y a mí me robaron todo lo que tenía encima, y además no podemos dormir por la latente inseguridad; ni pasar un día tranquilo por temor a los secuestros y por las mega-marchas y alborotos que trastocan todo. ¡Y tú tienes la culpa!"
Alí Yussuf, verdaderamente consternado, le preguntó a su mujer:
--"¿Y por qué yo soy el culpable?"
A esto la mujer le contestó categórica e iracunda:
--"¿Y quién nos trajo a vivir a la ciudad de México?"

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