«“Es la costumbre”, decimos, y cerramos
los ojos a la razón y a la moral.
Cuando los abrimos tenemos un vicio más».
Querien Vangal
Todos los seres humanos que en el mundo han sido, son y serán, han tenido, tienen y tendrán, su propia manera de hacer las cosas, como se dice vulgarmente: “......... su manera de matar moscas”.
Esta manera de hacer, establecida por un largo uso o repetición de actos de la misma especie, establece la costumbre propiamente dicha. La gente agrupada en familias, tribus, pueblos y regiones, aportan su manera de hacer y su forma de usar los recursos para conformar los “Usos y Costumbres” de la colectividad de que se trate. Estos usos y costumbres, trasmitidas de generación a generación conforman la tradición.
Por lógica, estos usos y costumbres no permanecen estáticos, sino que, al paso del tiempo y al influjo del desarrollo tecnológico, van metamorfoseándose.
Así, todos los pueblos tienen una característica especial, veamos:
Un alemán es una cerveza.
Dos alemanes son un ejercito.
Tres alemanes son una guerra.
Un francés es un champaña.
Dos franceses son una pareja haciendo el amor.
Tres franceses son una orgía.
Un italiano es un vino.
Dos italianos son un chisme.
Tres italianos son un lió.
Un ingles es un whisky.
Dos ingleses son un club.
Tres ingleses son un imperio.
Un ruso es un vodka.
Dos rusos son un partido político.
Tres rusos son una revolución.
Un yanqui es un martíni.
Dos yanquis son una corporación.
Tres yanquis son una invasión.
Un mexicano es un tequila.
Dos mexicanos son muchos hijos.
Tres mexicanos son un mariachi.
Un brasileño es un café.
Dos brasileños son un partido de fútbol.
Tres brasileños son un mundial.
Un colombiano es un aguardiente.
Dos colombianos son una parranda.
Tres colombianos son un cartel.
Un argentino es un mate.
Dos argentinos son una joda.
Tres argentinos son una asociación ilícita.
Un cubano es una rumba.
Dos cubanos son guanguacó.
Tres cubanos son ¡la muerte chico!.
Un palestino es una bomba.
Dos palestinos son un coche bomba.
Tres palestinos son un polvorín.
Un judío es dinero.
Dos judíos son un banco,
Tres judíos son el F.M.I.
Así, se otorga, a cada cual lo suyo.
“Crea fama y échate a dormir”, comienza la fama por el rumor, se confirma por la costumbre y se reafirma por las mañas. Clara que estas, desde luego, pueden ser buenas o malas.
¡OH, fama vocinglera!,
¡Cuán fácil es el viento que te guía,
y tu sonora voz, cuán embustera.
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